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El dios Hapi regala a los egipcios otro año de abundancia

Coincidiendo con la coronación del nuevo faraón Amenofis III, el dios Hapi ha decidido regalar a todo el imperio un año de abundantes cosechas. 

Los egipcios están de enhorabuena. Después de una racha de cuatro años de escasez, el magnífico dios Hapi ha decidido al fin concederles un año de abundancia y prosperidad en el imperio, coincidiendo con el ascenso al trono del divino y joven Amenofis tras la muerte de su padre, el también divino Tutmosis IV.

Los antiguos egipcios ignoraban que la crecida del Nilo estaba provocada por el deshielo de las montañas de Etiopía y por las lluvias. 

Amenofis III se ha convertido en el faraón a la joven edad de 10 años. Sin embargo, tal es la gracia del divino faraón, que sus siempre obedientes y leales súbditos ya pueden disfrutar del beneficio que su reinado traerá.

Oculto en su morada en los confines del imperio, el dios Hapi ha enviado a nuestro mundo las aguas de la vida, que recorrerán las tierras de los muertos antes de llegar a los dominios del divino, aunque joven, Amenofis III.

El Nilo, al que los egipcios deben su vida de la misma forma que se la deben al faraón, inundará los cauces y extenderá por ellos la bendición de sus aguas, que servirán para obtener las mejores cosechas que recuerdan los egipcios.

Y todo gracias al poder y la bendición de Amenofis III y de Hapi.

¡Que el reinado del joven emperador sea eterno como los crómlech de Nabta Playa!

Palabras clave: Egipto, antigüedad, religión, agricultura, geografía, el Nilo.

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