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Las crecidas del Nilo

Los egipcios vivían pendientes de las crecidas del Nilo. Y no era para menos, dado que de ellas dependía que el año fuera de abundancia… o de hambre.

El cambio climático

La última glaciación duró desde aproximadamente hace 110.000 años hasta el 10.000 a.C. Al terminar, el norte de África era una región mucho más húmeda de lo que es ahora. Sin embargo, poco a poco el clima se fue calentando y los humedales se convirtieron en el desierto del Sahara que hoy conocemos.

Los orígenes agrícolas de la civilización

Los primeros habitantes de la ribera del Nilo se encontraron con una fuente de recursos y, aún más, que durante 6 meses al año se producía una crecida. La capa marrón de limo que se depositaba tras la inundación estaba llena de nutrientes que servían para unos cultivos abundantes. Mediante el uso de canales de irrigación, la agricultura egipcia floreció y, con ella, se sentaron las bases de la civilización egipcia.

Las inundaciones de la ribera del río no era un suceso perfectamente regular. Esto llevó a la creencia de que tras ellas se hallaba algún ser sobrenatural, que acabaría siendo llamado Hapi, uno de los muchos dioses del panteón egipcio.

Este cambio climático hizo que la tierra fuera mucho más difícil para sociedades que vivían en ellas. En medio del desierto, sin embargo, fluía un río llamado Nilo. Este río permitía la vida en sus orillas.

Atardecer en el Nilo. Frank Dillon (1855).

El río Nilo en Google Maps

Los egipcios se esforzaban por mantener contentos a los dioses porque de ese modo aumentaban las probabilidades de que, satisfechos, hicieran crecer al río.

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Palabras clave: Egipto, antigüedad, faraones.

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